Se denomina displasia de cadera al desarrollo anormal de la articulación de la cadera. Suele producirse de manera bilateral, y se maniefiesta con grados variables de laxitud de los tejidos que rodean la cadera, inestabilidad de la articulación, malformación de la cabeza del femur y acetábulo (cavidad), y artrosis.
INCIDENCIA:
Es uno de los procesos mas frecuentes que afectan a la cadera del perro, y la causa principal de la artrosis en la cadera de esa especie. Normalmente afecta a razas caninas grandes y gigantes, aunque también se ha observado en algunas razas pequeñas y de gatos.
CAUSAS:
Existe un predisposición genética a padecer la enfermedad con multiples factores que pueden influir y modificar el proceso. Las articulaciones de la cadera son normales al nacer.
La frecuencia y la gravedad de aparición de artrosis en perros displásicos se reduce limitando el consumo de alimentos, y por tanto, el peso corporal en perros adultos.
Se puede reducir la aparición de displasia de cadera, aunque no se elimina, criando con perros que tengan caderas radiologicamente normales.
SIGNOS CLINICOS:
Los síntomas clínicos de la displasia de cadera varían con la edad del animal. En ocasiones los propietarios no aprecian síntoma alguno. Generalmente la sintomatología suele aparecer e animales jovenes, entre 4 y 12 meses de edad; o en animales de más de 15 meses, con enfermedad crónica.
Los jovenes, con frecuencia presentan un comienzo repentino de enfermedad unilateral (en ocasiones bilateral), con reducción repentina de actividad asociada a molestias en las extremidades posteriores, intolerancia para caminar, correr, jugar, saltar, subir escaleras, saltar. Los músculos de la zona suele estar mal desarrollados. Normalmente el propietario observa pasos cortos al caminar y andar en "saltos de conejo" con las extremidades posteriores al correr. Mediante la exploración clínica encontramos algunos signos específicos del proceso. Radiológicamente podemos encontrar las cabezas del fémur morfologicamente normales, aunque e ocasiones podemos ver algún grado de subluxación. Con el desarrollo, las caderas se vuelven más estables, y el dolor disminuye. Asi, normalmente, estos perros, con 12-14 meses, caminan y corren sin problemas, a pesar de los cambios morfológicos que se van produciendo en las articulaciones.
Los perros mayores presenta un cuadro clínico diferente, por que ya presentan enfermedad degenerativa crónica y dolor asociado. La cojera puede ser de una o de las dos extremidades y los síntomas pueden aparecer en un largo periodo o de forma repentina. El perro prefiere estar sentado que de pie, y se levanta con dificultad. Los úsculos de la pelvis y los muslos suelen atrofiarse, mientras que los músculos de las extremidades anteriores suelen aparecer hipertrfiados.
DIAGNOSTICO:
El diagnóstico definitivo se realiza mediante el examen físico, los signos radiológicos, y método diagnósticos adicionales para la displasia de cadera.
TRATAMIENTO:
En animales diagnosticados que no presentan signos de dolor, o tienen solo sintomas leves e intermitentes, estaría indicada la terapia conservadora. Esta terapia consiste en una dieta y control de peso (existen dietas especificas para animales con problemas articulares), un protocolo adecuado, administración de condroprotectores (suplemento alimenticios para proteger el deterioro de los cartilagos articulares), y antiinflamatorios en caso de crisis de dolor.
En el caso en que los síntomas aparezcan de forma marcada y/o continuada, estaría indicado realizar, además, una terapia quirurgica. Existen distintas técnicas cuya indicación dependerá de varios factores. Las principales técnicas quirúrgicas son: osteotomía pélvica, alargamiento del cuello femoral, sinfisiodesis púbica, osteotomía intertrocantérica en varo del fémur, reemplazo total de la cadera (protesis de cadera), artroplastia de escisión de la cabeza del fémur y miectomía pectínea.
Juan Ignacio Sedano Reyes
Responsable del área de traumatología
No hay comentarios:
Publicar un comentario