miércoles, 11 de abril de 2012

DIABETES FELINA

          La diabetes mellitus felina es una de las enfermedades endocrinas más frecuentes del gato, pudiendo verse afectados 1 de cada 200-300 gatos. Su frecuencia se encuentra aumentanda debido al incremento de los factores predisponentes como disminución de la actividad física y la obesidad. Suelen verse afectados gatos de edad media a avanzada siendo los machos castrados y los de raza Burmes los que tienen más posibilidades de desarrollar la enfermedad.

Aunque existen diferentes tipos de diabetes, la que encontramos con mayor frecuencia en el gato es la diabetes tipo 2 (diabetes no insulina-dependiente). Esta diabetes surge de una resistencia a la insulina, aunque el animal sea capaz de producirla, esto conlleva a un incremento en la demanda de insulina para mantener la normoglucemia (valores normales de glucosa en sangre), finalmente este estado de hiperinsulinemia permanente termina por agotar el páncreas y produciendo la muerte celular de las células β encargadas de producir la insulina.

El 90-95 % de los gatos diabéticos presentan diabetes tipo dos por lo que aunque presentan hiperglucemia y resistencia a la insulina mantienen la capacidad de producir esta última.

Diagnóstico:

 En casa podemos notar una serie de cambios en nuestra mascota que nos orienten hacia la diabetes:

-          PU/PD (beber y orinar más de lo habitual).

-          Polifagia (Comer más de lo habitual).
-          Pérdida ponderal (Perdida de peso gradual).
GATO CON SOBREPESO MARCADO, 9.2 Kg

En aquellos casos en la que la enfermedad evolucione a una diabetes mellitus complicada, tendremos otros signos clínicos como: deshidratación, vómitos, anorexia y presencia de cuerpos cetónicos.
    Para el diagnóstico laboratorial se necesita la determinación de la glucosa en sangre, en el gato esta medida puede llevarnos a errores en el diagnóstico de la diabetes ya que bajo situaciones de estrés el gato puede alcanzar niveles de glucosa en sangre superiores a 300 mg/ dl, cuando tenemos unos niveles de referencia de 74 a 159 mg/ dl. En estos casos puede ser útil la determinación de glucosa en orina mediante tira reactiva, no obstante en ciertas ocasiones podremos obtener  glucosuria sin estar acompañada de diabetes mellitus como es el caso de enfermedades renales. Por lo que se complica aun más el diagnóstico, para el diagnóstico definitivo puede optarse por la determinación de proteínas glicosiladas como la fructosamina, la  cual nos indicaría un incremento de la glucosa de carácter crónico (de al menos 2-3 semanas) eliminado los errores de hiperglucemia por estrés.

Manejo de la diabetes complicada (cetoacidotica)
            En un inicio debemos de controlar la volemia (deshidratación), electrolitos, alteraciones ácido – base y la glucemia. Tras la rehidratación  con suero endovenoso durante 1-2 horas se comienza el tratamiento con insulina, para ello emplearemos en un inicio insulina de acción rápida de forma IM en varias administración hasta alcanzar unos niveles de glucemia inferiores a 250 mg/ dl. Una vez alcanzado este nivel pasaremos a usar otro tipo de insulina, insulina regular, cada 6-8 horas vía subcutánea, finalmente una vez restablecido las alteraciones metabólicas y han desaparecido los vómitos y anorexia pasamos a una insulina de acción intermedia cada 12 horas.
Manejo de la diabetes no complicada

          El manejo a largo plazo de la diabetes mellitus implica un control sobre la dieta y sobre peso, en aquellos casos de diabetes tipo 2 podemos encontrarnos animales que tras corregir el sobrepeso puede llegar desaparecer la diabetes. Otros animales necesitan la combinación del control de la dieta junto con hipoglucemiantes orales, pero la gran mayoría finalmente necesitaran insulina y el control de la dieta como tratamiento definitivo.

Tratamiento médico:

             Hipoglucemiantes orales: Estos medicamentos estimulan la secreción pancreática de insulina y reducen la liberación de glucosa por parte del hígado. Algunos gatos con diabetes no complicada pueden llegar a ser controlados con este tipo de medicación y un control de la dieta. Como efectos secundarios podemos tener vómitos, anorexia, y problemas hepáticos. Es necesario que el propietario monitorice la glucemia en casa así como la presencia de glucosa y cuerpos cetónicos en orina. La presencia de estos últimos o una falta de respuesta al tratamiento harán finalizar el tratamiento con los hipoglucemiantes orales y comenzar con la insulina.
Insulina: Aunque en el mercado contamos con diferentes tipos de insulina, las de acción intermedia son las de elección para el tratamiento inicial de gatos diabéticos. La duración del efecto suele ser inferior a 24 horas por lo que se recomienda comenzar con dos inyecciones de insulina al día. Normalmente comenzamos con la dosis inferior para ir ajustando la dosis según necesidades.

DISTINTOS TIPO DE INSULINA
Monitorización:

         La Monitorización inicial incluye la evaluación de la respuesta clínica (poliuria/ polidipsia y aumento de la actividad) así como la medición de glucosa y cuerpos cetónicos. Una determinada dosis de insulina debe permanecer entre 3-4 días antes de considerar que es insuficiente, siempre que se proceda a incrementar la dosis de insulina esta será de  un 10-25 % de la dosis anterior.
        Los animales diabéticos deben ser evaluados cada dos semanas por el veterinario hasta la estabilización del proceso. Para determinar si el tratamiento esta siendo efectivo podemos determinar la concentración de fructosamina o realizar una curva de glucosa. Esta última consiste en determinar la glucemia cada 2 horas durante 12 horas manteniendo el régimen habitual de insulina y alimentación. Los niveles de glucosa nunca deben de ser inferiores a 80-125 mg/ dl ya que podemos tener riesgo de hipoglucemia. Los niveles de glucemia deben mantenerse entre 80-250 mg/ dl en un animal estable siendo lo ideal mantenerlo en el límite superior.
GLUCOSIMETRO PORTATIL


Germán Pérez Muñoz
Responsable de Medicina Felina

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