Una vez
comprendidos todos estos puntos, pasamos a contemplar el tratamiento en sí, que
consta de los ya mencionados ejercicios de modificación de la conducta y que
puede ser complementado con un tratamiento farmacológico, que no va a ser descrito en esta ficha porque no es el objetivo de la misma y porque como
cualquier medicación, ha de estar recetada y supervisada por un profesional y
se suele reservar para casos más complicados de ansiedad por separación.
Los ejercicios
pueden ser clasificados en 3 fases:
a.
Ejercicios clásicos de adiestramiento: será necesario
que el animal atienda unas órdenes básicas, principalmente "sienta", "quieto", "ven".
No entraremos a describir cómo se lleva a cabo este entrenamiento porque no es
lo que nos ocupa en este caso, pero no dudéis en consultar con nosotros ante
cualquier duda.
b.
Ejercicio de modificación de la conducta:
i.
Cambiar los valores predecibles antes de salir: es
habitual que cuando salimos de casa llevemos a cabo una serie de rutinas (coger
llaves, ponernos abrigo, ir hacia la puerta…) que indican claramente al perro
que nos vamos de casa y dan lugar al inicio de la excitación y la ansiedad.
Hemos de trabajar para que el animal deje de asociar estas acciones con nuestra
salida, realizándolas, pero sin llegar a salir de casa, sino sentándonos, por
ejemplo, en el sofá e ignorando al animal que empieza a excitarse. Realizar
este ejercicio de 2 a 5 veces al día. Cuando el coger las llaves se repite
varias veces sin que salgamos de casa, ese acto empieza a dejar de tener
importancia para el animal y debe empezar a dejar de mostrar esa ansiedad ante
nuestra salida. Es importante también dejar de prestar atención al animal entre
15-30 min antes de salir: si cuando nos estamos preparando le damos muestras de
cariño o de atención, aumentará su estado de excitación, es imperativo reducir
este contacto al mínimo posible.
ii.
Contracondicionamiento: también se usa para disminuir
la respuesta del perro ante las llaves: se le enseña a estarse sentado frente a
la puerta de salida mientras nosotros nos alejamos (poco a poco, cada vez nos
vamos alejando más) y al volver con él, ha de recibir un premio (comida,
alabanzas) por estar sentado y tranquilo. Una vez logrado esto, podemos incluir
el abrir y cerrar la puerta, al principio sin salir, luego saliendo sólo un
segundo y de nuevo premiando al perro si mantiene el estado de calma. Hay que
tener cuidado con estos ejercicios, ya que podemos aumentar el estado de
ansiedad en el perro, no hay que tener prisa por llevarlos a cabo. Podemos
hacer uso también de un juguete con comida para estos ejercicios y dárselo al
animal cuando nos vamos para distraer su atención.
iii.
Cambiar la interacción propietario-perrro: a menudo
malinterpretamos las necesidades de nuestras mascotas y tenemos problemas a la
hora de comprender cómo nuestros actos pueden exacerbar su ansiedad. Cuando al
estar en casa atendemos cualquier lloriqueo o búsqueda de nuestra atención,
marcamos aún más la diferencia entre estar sólo en casa y estar con nosotros,
por lo que es importante establecer una distancia física cuando estamos en casa
con ellos, para lo cual es fundamental llevar a cabo una serie de puntos:
- No prestar atención cuando nos dan la pata, lloran,
saltan o llaman nuestra atención en general. No se le debe decir absolutamente
nada, debemos ignorarlos por completo, es decir, toda interacción debe ser
iniciada por el propietario, nunca por la mascota, y siempre cuando ésta se
encuentre en un estado de tranquilidad y relajación.
- No permitir que el animal se suba en los sofás o
mobiliario de la casa, ni que duerma con nosotros.
-
Tener momentos de obligada separación mientras estamos
en casa.
-
No dar premios de manera gratuita: todo se gana.
-
Sólo se le prestará atención cuando el animal esté
tranquilo y calmado, incluyendo especialmente el momento de llegada a casa, en
el que no se le prestará ninguna atención bajo ningún concepto hasta que no
esté tranquilo y relajado: si le dirigimos la mirada o la palabra supone una
atención por nuestra parte, luego es un premio para el animal, que no merece
porque está ansioso y excitado. Si hay que sacarlo fuera, se hará de manera
imparcial.
- Podemos encontrar tareas alternativas para realizar con
nuestra mascota para pasar tiempo de manera agradable, como son el ejercicio
físico (nos ayudará mucho para calmar la excitación del animal) o sesiones de acicalamiento,
como el cepillado, por ejemplo.
c. Salidas planeadas graduadas y ausencias: una vez hemos
controlado los factores anteriormente mencionados, podemos empezar con la
última fase de la terapia, que requiere de ciertas directrices, a saber:
-
Las salidas han de parecer reales, es decir, que
tenemos que hacer lo que normalmente hacemos al salir, incluyendo el ignorarlos
durante 15-30 min antes de la salida. La particularidad de estas salidas es que
deben ser muy cortas al inicio (1-5 min o menos) de manera que el animal no
empiece a desarrollar el estado de ansiedad.
- Buscaremos una clave o señal para que el animal pueda
distinguir una salida planeada de una real de trabajo, por ejemplo: podemos
dejar la radio o la televisión encendidas, un ambientador diferente o incluso
cambiar un mueble de sitio, y nunca dejar estas claves cuando no sea una salida
planeada.
- La duración de la ausencia debe irse aumentando
gradualmente en períodos de 3-5 min, intercalando ausencias más largas con
otras más cortas, de manera que el aumento sea irregular, no progresivo, ya que
entonces será predecible para el animal y no disminuirá su ansiedad.
- Si al volver de la salida planeada encontramos
destrucción o cualquier conducta asociada a la ansiedad, la salida ha sido
demasiado larga y la próxima tendrá que ser menor.
- No debemos pasar de una salida de 20 min a una de 3
horas: esto podría obtener de nuevo la ansiedad y volver la clave de las
salidas inútil.
-
Normalmente, cuando llegamos al punto en que el animal
permanece tranquilo durante una salida de 2 horas tras una salida planeada, se
le puede dejar todo el día.
-
Llegados a este punto, podemos ir retirando de manera
gradual la clave de salida o dejarla hasta que el propietario crea necesario.
Todos estos
ejercicios son realmente sencillos de llevar a cabo, pero tal como se ha
indicado antes, es muy importante que se hagan bien, ya que en caso contrario
podemos confundir aún más al animal. Hay que tener paciencia, ya que este tipo
de problemas no se solucionan de un día al siguiente y siempre tener presente
que en ocasiones se requiere la ayuda de un profesional que evalúe la situación
y lleve a cabo una serie de controles o incluso a veces es necesario incluir
una pauta farmacológica y otros complementos para un mejor control de la situación.
Esperamos que
estas indicaciones os sean de ayuda y no dudéis en consultar cualquier duda al
respecto, o si observáis en vuestras mascotas algún otro tipo de alteración que
hasta ahora había pasado desapercibida o no había sido considerada como
problema real.