miércoles, 20 de febrero de 2013

EL HIPERAPEGO EN PERROS, EJERCICIOS PARA SU CONTROL



El hiperapego es una alteración del comportamiento bastante frecuente en nuestros animales de compañía.
Suele aparecer como consecuencia de una ausencia de la fase de desapego: cuando llega el momento del destete, las madres han de “despegarse” de sus crías, ya que éstas deben empezar a aprender a valerse por sí mismas, así como a ubicarse en la jerarquía de la manada. Esto no quiere decir que no estén pendientes de ellos o lo cuiden, pero deben aprender a desenvolverse en el medio.
Este momento (el destete) es normalmente el elegido para separar a los cachorros de sus madres y ser vendidos o cedidos en adopción. No es mejor ni peor que cualquier otro, esto depende de cada animal y cada ambiente y lo más importante, de la experiencia de cada futuro propietario de la mascota.
El inicio de toda esta situación llega cuando el animal pasa de estar apegado a su madre a estar apegado a su propietario, y eliminamos la fase de desapego: son pequeñines, nos inspiran ternura y queremos complacer todas sus exigencias, atendemos cada lloriqueo y “obedecemos” haciendo lo que el animal quiere cada vez. Es entonces cuando se crea ese hiperapego del que hablábamos al principio, es decir, se exacerba el apego normal.
El problema aparece cuando empezamos a dejar al animal solo en casa, ya que él no comprende por qué se le “abandona”, porque no se le ha enseñado debidamente y empieza a sufrir un estrés que descarga sobre los objetos materiales, llegando incluso en fases más avanzadas a hacer sus necesidades en casa. No hay que confundir este concepto con el no-aprendizaje, es decir, que un animal que hace sus necesidades en casa pero no presenta ese hiperapego simplemente es que no ha aprendido a hacer el pipí y la caca en la calle.
Hay otras causas por las que pueden aparecer estas alteraciones del comportamiento, aunque son menos frecuentes, como cambios en el horario, traslados de casa o cambio en la composición del hogar, después de unas vacaciones….
Es importante diferenciar el hiperapego de la ansiedad por separación, y esta diferencia sólo puede establecerla un profesional. La ansiedad por separación requiere de un diagnóstico clínico porque se trata de una enfermedad, lo que conlleva por tanto una evaluación del entorno, un tratamiento y un seguimiento.

El objetivo de esta ficha es proporcionar una serie de ejercicios para modificar esta conducta indeseada, que la convivencia sea más satisfactoria para ambas partes y de esta manera el animal no sufra la ansiedad que determinadas situaciones le provocan.
Para ello es fundamental dejar varios puntos claros:
-                     No tenemos ante nosotros un animal “malo”, “vengativo” o “rencoroso”, ni tampoco sabe que lo que ha hecho está mal por adoptar posturas de sumisión a nuestra llegada a casa. Entender esto es fundamental para avanzar en el tratamiento de este proceso: la ansiedad que sufre nuestra mascota al verse separado de nosotros provoca en él un estrés que encuentra como única vía de escape la destrucción, no lo hace como castigo hacia nosotros por dejarle sólo. Tampoco “sabe lo que ha hecho”, sino que asocia nuestra llegada a casa con el castigo, porque ha sido así siempre, y para evitarlo, nos muestra sumisión (cabeza gacha, rabo entre las patas…). El castigo se asocia con nuestra llegada a casa, no con el hecho de haber destruido mobiliario. Es imperativo no reñir ni castigar al animal en estos momentos.
-                     Todos los habitantes de la casa deben tener el compromiso e ir a una, ya que en caso contrario, sólo conseguiríamos confundir aún mas al animal, y este compromiso ha de ser permanente, ya que de eso depende la evolución del animal. Habrá determinadas situaciones que puedan resultar difíciles de llevar a cabo, por eso hay que fijarse en nuestro objetivo final, que es la mejoría del estado de ansiedad del animal y con ella, nuestra tranquilidad dejándolo sólo en casa.
-                     Es fundamental tener paciencia tanto con el animal a la hora de llevar a cabo los ejercicios, como con el transcurso de los días, ya que esto conlleva un tiempo hasta que se empiecen a ver los resultados.
-                     Concepto de refuerzo positivo: los estudios realizados al respecto revelan que los animales aprenden más, y más rápido si practicamos con ellos el refuerzo positivo, es decir, recibir “premios” cuando su conducta es apropiada. Como premio entendemos, bien comida, bien nuestra atención (unas palabras de afecto, caricias, atención e incluso juego), siendo la manera correcta de instaurar un castigo el decir NO e ignorarlos a continuación. No nos valen largas explicaciones contándoles por qué está mal lo que han hecho, ni el castigo físico ni encerrarlos durante horas, por lo siguiente: darles explicaciones de lo que han hecho mal supone mirarles y hablarles, es decir, prestarles atención, por lo que lo que inicialmente era un castigo, el animal lo interpreta como algo positivo, ya que sea lo que sea lo que haya hecho, ha conseguido atraer nuestra atención. El castigo físico tampoco está indicado, especialmente en casos de ansiedad, ya que podemos provocar defensión agresiva y con ella, complicar aún más la resolución del problema. Los castigos prolongados en el tiempo tampoco tienen un sentido, ya que pasados unos minutos, ellos no recordarán el por qué están ahí. Es necesario comprender bien este punto, ya que es fundamental tener claro qué es un premio para el animal y qué no lo es, y cuando está indicado proporcionar dicho premio y cuando no. Con cualquier duda a este respecto, no dudéis en consultarnos.
-                     Estamos ante un problema de salud del animal, aunque no sea tan evidente como una infección o una fractura de un hueso, no por ello es menos importante, aunque sí es cierto que este campo de la veterinaria está dando sus primeros pasos y aún cuesta trabajo aceptar que nuestras mascotas puedan tener problemas de comportamiento. Es por eso que muchas veces nos encontramos ante casos tan cronificados en el tiempo que tienen un pronóstico bastante reservado, ya que cuanto más tiempo transcurre, más difícil es llevar a cabo la pauta de modificación de la conducta y se obtienen resultados menos satisfactorios.

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