viernes, 22 de febrero de 2013

EJERCICIOS PARA EL CONTROL DEL HIPERAPEGO



Una vez comprendidos todos estos puntos, pasamos a contemplar el tratamiento en sí, que consta de los ya mencionados ejercicios de modificación de la conducta y que puede ser complementado con un tratamiento farmacológico, que no va a ser descrito en esta ficha porque no es el objetivo de la misma y porque como cualquier medicación, ha de estar recetada y supervisada por un profesional y se suele reservar para casos más complicados de ansiedad por separación.
Los ejercicios pueden ser clasificados en 3 fases:
a.                  Ejercicios clásicos de adiestramiento: será necesario que el animal atienda unas órdenes básicas, principalmente "sienta", "quieto", "ven". No entraremos a describir cómo se lleva a cabo este entrenamiento porque no es lo que nos ocupa en este caso, pero no dudéis en consultar con nosotros ante cualquier duda.
b.                 Ejercicio de modificación de la conducta:
                                            i.                       Cambiar los valores predecibles antes de salir: es habitual que cuando salimos de casa llevemos a cabo una serie de rutinas (coger llaves, ponernos abrigo, ir hacia la puerta…) que indican claramente al perro que nos vamos de casa y dan lugar al inicio de la excitación y la ansiedad. Hemos de trabajar para que el animal deje de asociar estas acciones con nuestra salida, realizándolas, pero sin llegar a salir de casa, sino sentándonos, por ejemplo, en el sofá e ignorando al animal que empieza a excitarse. Realizar este ejercicio de 2 a 5 veces al día. Cuando el coger las llaves se repite varias veces sin que salgamos de casa, ese acto empieza a dejar de tener importancia para el animal y debe empezar a dejar de mostrar esa ansiedad ante nuestra salida. Es importante también dejar de prestar atención al animal entre 15-30 min antes de salir: si cuando nos estamos preparando le damos muestras de cariño o de atención, aumentará su estado de excitación, es imperativo reducir este contacto al mínimo posible.
                                          ii.                       Contracondicionamiento: también se usa para disminuir la respuesta del perro ante las llaves: se le enseña a estarse sentado frente a la puerta de salida mientras nosotros nos alejamos (poco a poco, cada vez nos vamos alejando más) y al volver con él, ha de recibir un premio (comida, alabanzas) por estar sentado y tranquilo. Una vez logrado esto, podemos incluir el abrir y cerrar la puerta, al principio sin salir, luego saliendo sólo un segundo y de nuevo premiando al perro si mantiene el estado de calma. Hay que tener cuidado con estos ejercicios, ya que podemos aumentar el estado de ansiedad en el perro, no hay que tener prisa por llevarlos a cabo. Podemos hacer uso también de un juguete con comida para estos ejercicios y dárselo al animal cuando nos vamos para distraer su atención.
                                     iii.                       Cambiar la interacción propietario-perrro: a menudo malinterpretamos las necesidades de nuestras mascotas y tenemos problemas a la hora de comprender cómo nuestros actos pueden exacerbar su ansiedad. Cuando al estar en casa atendemos cualquier lloriqueo o búsqueda de nuestra atención, marcamos aún más la diferencia entre estar sólo en casa y estar con nosotros, por lo que es importante establecer una distancia física cuando estamos en casa con ellos, para lo cual es fundamental llevar a cabo una serie de puntos:
-      No prestar atención cuando nos dan la pata, lloran, saltan o llaman nuestra atención en general. No se le debe decir absolutamente nada, debemos ignorarlos por completo, es decir, toda interacción debe ser iniciada por el propietario, nunca por la mascota, y siempre cuando ésta se encuentre en un estado de tranquilidad y relajación.
-    No permitir que el animal se suba en los sofás o mobiliario de la casa, ni que duerma con nosotros.
-          Tener momentos de obligada separación mientras estamos en casa.
-          No dar premios de manera gratuita: todo se gana.
-          Sólo se le prestará atención cuando el animal esté tranquilo y calmado, incluyendo especialmente el momento de llegada a casa, en el que no se le prestará ninguna atención bajo ningún concepto hasta que no esté tranquilo y relajado: si le dirigimos la mirada o la palabra supone una atención por nuestra parte, luego es un premio para el animal, que no merece porque está ansioso y excitado. Si hay que sacarlo fuera, se hará de manera imparcial.
-     Podemos encontrar tareas alternativas para realizar con nuestra mascota para pasar tiempo de manera agradable, como son el ejercicio físico (nos ayudará mucho para calmar la excitación del animal) o sesiones de acicalamiento, como el cepillado, por ejemplo.

c.            Salidas planeadas graduadas y ausencias: una vez hemos controlado los factores anteriormente mencionados, podemos empezar con la última fase de la terapia, que requiere de ciertas directrices, a saber:
-          Las salidas han de parecer reales, es decir, que tenemos que hacer lo que normalmente hacemos al salir, incluyendo el ignorarlos durante 15-30 min antes de la salida. La particularidad de estas salidas es que deben ser muy cortas al inicio (1-5 min o menos) de manera que el animal no empiece a desarrollar el estado de ansiedad.
-         Buscaremos una clave o señal para que el animal pueda distinguir una salida planeada de una real de trabajo, por ejemplo: podemos dejar la radio o la televisión encendidas, un ambientador diferente o incluso cambiar un mueble de sitio, y nunca dejar estas claves cuando no sea una salida planeada.
-   La duración de la ausencia debe irse aumentando gradualmente en períodos de 3-5 min, intercalando ausencias más largas con otras más cortas, de manera que el aumento sea irregular, no progresivo, ya que entonces será predecible para el animal y no disminuirá su ansiedad.
-     Si al volver de la salida planeada encontramos destrucción o cualquier conducta asociada a la ansiedad, la salida ha sido demasiado larga y la próxima tendrá que ser menor.
-      No debemos pasar de una salida de 20 min a una de 3 horas: esto podría obtener de nuevo la ansiedad y volver la clave de las salidas inútil.
-          Normalmente, cuando llegamos al punto en que el animal permanece tranquilo durante una salida de 2 horas tras una salida planeada, se le puede dejar todo el día.
-          Llegados a este punto, podemos ir retirando de manera gradual la clave de salida o dejarla hasta que el propietario crea necesario.

Todos estos ejercicios son realmente sencillos de llevar a cabo, pero tal como se ha indicado antes, es muy importante que se hagan bien, ya que en caso contrario podemos confundir aún más al animal. Hay que tener paciencia, ya que este tipo de problemas no se solucionan de un día al siguiente y siempre tener presente que en ocasiones se requiere la ayuda de un profesional que evalúe la situación y lleve a cabo una serie de controles o incluso a veces es necesario incluir una pauta farmacológica y otros complementos para un mejor control de la situación.

Esperamos que estas indicaciones os sean de ayuda y no dudéis en consultar cualquier duda al respecto, o si observáis en vuestras mascotas algún otro tipo de alteración que hasta ahora había pasado desapercibida o no había sido considerada como problema real.

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