martes, 15 de octubre de 2013

FOLICULITIS CONJUNTIVAL

FOLICULITIS CONJUNTIVAL

Presentación del caso

Thor ha empezado a lagrimear y a producir más legañas de lo normal. No le molesta ni le produce prurito. Anteriormente, hace ya 5 meses, se había recuperado de un caso de conjuntivitis bacteriana tratada con Tobradex (Tobramicina + Dexametasona).


Consideraciones y pruebas realizadas

El paciente manifiesta secreción bilateral. No parece haber afectación de la visión (reacción de amenaza normal, reflejos pupilares ok etc.) Al revisar los anejos oculares, no se observa alteración de la posición de los márgenes palpebrales (entropión, ectropión...). 

Se realiza test Schirmer, obteniéndose en OD 20 mm y en OI 15 mm, por lo que la producción de lágrimas en el momento de la consulta era normal. 

Se aplica colirio de fluoresceína y se observan dos detalles: 

-El colirio pasa directamente a fosas nasales (Test de Jones), por lo que el conducto nasolacrimal es permeable.
-El colirio no pone de manifiesto ningún daño corneal (Test de Seidel)





La PIO es normal en ambos ojos.


Finalmente, en una exploración más exhaustiva de los párpados, se hacen visibles en la cara interna del tercer párpado los folículos linfoides.





Diagnóstico

La visualización de los folículos linfoides (distribuidos por toda la conjuntiva) significa que se encuentran hiperplasiados y, por lo tanto, reaccionando frente a un antígeno externo. La foliculitis conjuntival o conjuntivitis folicular es un proceso de naturaleza inmune que se da como respuesta a un antígeno que provoca su estimulación reiterada, crónica.




Tratamiento


En el caso de Thor la foliculitis no era grave, por lo que no se procedió a cauterizar ni raspar. Se instauró un tratamiento a base de dexametasona en colirio (Maxidex) durante 3 semanas. La primera semana se aplicaba 3 veces al día, la segunda semana 2 veces al día y la tercera semana tan sólo una vez al día. En la primera semana post tratamiento ya se evidenció una mejoría.


Es importante subrayar que muchas enfermedades sistémicas favorecen la aparición de lesiones oculares (leishmania, toxoplasma, diabetes...), por lo que hasta que estas no estén controladas en el individuo o se diagnostiquen, no se podrá hacer una valoración terapéutica desde el punto de vista oftalmológico. 



Fuentes


Ophthalmic Disease in Veterinary Medicine, pág 209. 
Manson publishing Ltd 2005. Charles L. Martin


Manual de oftalmología en el perro, pág 36. 
Merial 2012. Fernando Sanz Herrera.

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