viernes, 20 de septiembre de 2013

BARTOLO: TESTÍCULO ABDOMINAL



Bartolo es un macho de raza pincher de dos años de edad.
Previamente a nuestra visita le había sido realizada una orquidectomía (castración) en otro centro veterinario, momento en el cual se advirtió que sólo tenía alojado un testículo en el escroto, por lo que se  diagnosticó criptorquidismo. Al no poder localizar el otro testículo lo remitieron a nuestro hospital, para realizar una ecografía y así  poder situarlo y comprobar la integridad del órgano.

           Durante la ecografía se pudo observar el testículo derecho alojado en la cavidad abdominal. 



En la imagen  podemos ver que la estructura del órgano es normal, pero eso no quiere decir que sea funcional, puesto que los testículos se ven afectados fácilmente por la mayor temperatura que existe en el interior del organismo, perdiendo su capacidad de producir espermatozoides viables.

Tras la ecografía se propuso intervenir a Bartolo, ya que los testículos intraabdominales son más propensos a desarrollar tumores.
De forma preoperatoria se realizó una analítica sanguínea completa para comprobar que Bartolo presentaba un buen estado sanitario, lo que nos da una mayor garantía a la hora de someterlo a una anestesia general. Dado que los resultados estaban dentro de los valores fisiológicos, se sometió a una orquidectomia abdominal. Este procedimiento quirúrgico consiste en un abordaje por línea alba (línea media) con una apertura de pequeño tamaño, dado que el testículo fue localizado ecográficamente de forma previa y esto facilita su abordaje quirúrgico. Una vez exteriorizado el testículo, se ligan (cierre mediante nudos con material de sutura)  la vena y arteria testicular, y el conducto espermático, y se procede a su extracción. Posteriormente se verifica que no existe sangrado y se procede al cierre del abdomen. 


El criptorquidismo es la patología congénita más común en los testículos, los cuales tanto en el perro como en el gato normalmente descienden al escroto hacia el día 10 de vida. El diagnóstico de criptorquidismo se realiza en la octava semana de edad si alguno de los testículos no ha descendido, siendo  un cierre incompleto del anillo inguinal durante los 6 primeros meses uno de los principales factores que facilitan la migración testicular.

El criptorquidismo puede ser uni o bilateral, y los testículos que no han llegado a descender correctamente pueden encontrarse situados tanto en cavidad abdominal, en el canal inguinal o en el espacio subcutáneo. Se ha documentado que la forma más frecuente de criptorquidismo en el perro es la localizada en el canal inguinal derecho, seguida por la criptorquidia abdominal del testículo derecho. En los gatos  la localización más frecuente es en el canal inguinal. La agenesis testicular, o falta de formación de los testículos, tanto uni como bilateral es muy rara.


La incidencia del criptorquidismo es mayor en el perro que en el gato, siendo más frecuente en algunas razas, como  los caniches, yorkshire, chihuahua, boxers y los schnauzers miniatura. En los gatos la raza más predispuesta a sufrir esta patología es la persa.

La presentación de criptorquidismo es un factor de riesgo para el desarrollo de neoplasias testiculares, que ocurren en el testículo que no ha descendido correctamente. Los tumores que se presentan en estos testículos con mayor frecuencia son tumor de las células de sertoli o seminomas. Además la presentación de criptorquidismo no sólo predispone el desarrollo de neoplasias, sino que estos testículos no descendidos son susceptibles de sufrir complicaciones como torsiones e infertilidad, ya que son órganos que se encuentran sometidos a temperaturas inadecuadas para su viabilidad. Sin embargo, a pesar de no producir espermatozoides funcionales siguen produciendo testosterona, que mantiene los comportamientos de marcaje, territorialidad y agresividad. El testículo no descendido suele presentar un tamaño menor que el que está alojado en el escroto.


Está demostrado que se trata de una patología hereditaria, por lo que se recomienda no destinar a la reproducción a los animales que la presenten, ya que transmitirán esta enfermedad a sus cachorros, los cuales también podrán desarrollar las complicaciones antes mencionadas.

El diagnóstico del criptorquidismo se efectúa sabiendo si el animal ha sido castrado, y con la palpación del escroto y región inguinal, pero para la localización de los testículos que no han descendido correctamente la mejor técnica es la ecografía, que además de localizar el testículo para facilitar la cirugía, nos permite observar el estado del mismo, y los posibles cambios morfológicos que pueden producirse.

Siempre que adquiráis un nuevo cachorro es recomendable por tanto, conocer si hay antecedentes familiares de criptorquidismo, así como vigilar que con el desarrollo del cachorro se produzca un correcto descenso de los testículos a sus correspondientes bolsas escrotales.

2 comentarios:

  1. Hola buenas tardes, tengo una duda.

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  2. Hola, que pasa la bolsa de los testículo cuando el perro ya es castrado, mi perro tuvo un accidente y se le subieron los testículo y lo castraron pero no quitaron la bolsa y esta cada vez más negrita.

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