Previamente a nuestra visita
le había sido realizada una orquidectomía (castración) en otro centro
veterinario, momento en el cual se advirtió que sólo tenía alojado un testículo
en el escroto, por lo que se diagnosticó
criptorquidismo. Al no poder localizar el otro testículo lo remitieron a
nuestro hospital, para realizar una ecografía y así poder situarlo y comprobar la integridad del
órgano.
Durante la ecografía se pudo observar el testículo derecho alojado en la
cavidad abdominal.
En la imagen podemos ver que la
estructura del órgano es normal, pero eso no quiere decir que sea funcional,
puesto que los testículos se ven afectados fácilmente por la mayor temperatura
que existe en el interior del organismo, perdiendo su capacidad de producir
espermatozoides viables.
Tras la ecografía se propuso intervenir a Bartolo, ya que los testículos
intraabdominales son más propensos a desarrollar tumores.
De forma preoperatoria se realizó una analítica sanguínea completa para
comprobar que Bartolo presentaba un buen estado sanitario, lo que nos da una
mayor garantía a la hora de someterlo a una anestesia general. Dado que los
resultados estaban dentro de los valores fisiológicos, se sometió a una orquidectomia
abdominal. Este procedimiento quirúrgico consiste en un abordaje por línea alba
(línea media) con una apertura de pequeño tamaño, dado que el testículo fue
localizado ecográficamente de forma previa y esto facilita su abordaje
quirúrgico. Una vez exteriorizado el testículo, se ligan (cierre mediante nudos
con material de sutura) la vena y arteria
testicular, y el conducto espermático, y se procede a su extracción. Posteriormente
se verifica que no existe sangrado y se procede al cierre del abdomen.
El criptorquidismo es la patología congénita más común en los testículos,
los cuales tanto en el perro como en el gato normalmente descienden al escroto
hacia el día 10 de vida. El diagnóstico de criptorquidismo se realiza en la
octava semana de edad si alguno de los testículos no ha descendido, siendo un cierre incompleto del anillo inguinal
durante los 6 primeros meses uno de los principales factores que facilitan la
migración testicular.
El criptorquidismo puede ser uni o bilateral, y los testículos que no han
llegado a descender correctamente pueden encontrarse situados tanto en cavidad
abdominal, en el canal inguinal o en el espacio subcutáneo. Se ha documentado
que la forma más frecuente de criptorquidismo en el perro es la localizada en
el canal inguinal derecho, seguida por la criptorquidia abdominal del testículo
derecho. En los gatos la localización
más frecuente es en el canal inguinal. La agenesis testicular, o falta de
formación de los testículos, tanto uni como bilateral es muy rara.
La incidencia del criptorquidismo es mayor en el perro que en el gato,
siendo más frecuente en algunas razas, como
los caniches, yorkshire, chihuahua, boxers y los schnauzers miniatura.
En los gatos la raza más predispuesta a sufrir esta patología es la persa.
La presentación de criptorquidismo es un factor de riesgo para el
desarrollo de neoplasias testiculares, que ocurren en el testículo que no ha
descendido correctamente. Los tumores que se presentan en estos testículos con
mayor frecuencia son tumor de las células de sertoli o seminomas. Además la
presentación de criptorquidismo no sólo predispone el desarrollo de neoplasias,
sino que estos testículos no descendidos son susceptibles de sufrir
complicaciones como torsiones e infertilidad, ya que son órganos que se
encuentran sometidos a temperaturas inadecuadas para su viabilidad. Sin embargo, a pesar de no producir espermatozoides funcionales siguen produciendo
testosterona, que mantiene los comportamientos de marcaje, territorialidad y
agresividad. El testículo no descendido suele presentar un tamaño menor que el
que está alojado en el escroto.
Está demostrado que se trata de una patología hereditaria, por lo que se
recomienda no destinar a la reproducción a los animales que la presenten, ya
que transmitirán esta enfermedad a sus cachorros, los cuales también podrán
desarrollar las complicaciones antes mencionadas.
El diagnóstico del criptorquidismo se efectúa sabiendo si el animal ha
sido castrado, y con la palpación del escroto y región inguinal, pero para la
localización de los testículos que no han descendido correctamente la mejor
técnica es la ecografía, que además de localizar el testículo para facilitar la
cirugía, nos permite observar el estado del mismo, y los posibles cambios
morfológicos que pueden producirse.
Siempre que adquiráis un nuevo cachorro es recomendable por tanto,
conocer si hay antecedentes familiares de criptorquidismo, así como vigilar que
con el desarrollo del cachorro se produzca un correcto descenso de los
testículos a sus correspondientes bolsas escrotales.
Hola buenas tardes, tengo una duda.
ResponderEliminarHola, que pasa la bolsa de los testículo cuando el perro ya es castrado, mi perro tuvo un accidente y se le subieron los testículo y lo castraron pero no quitaron la bolsa y esta cada vez más negrita.
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