Él
era especial, lo era, al menos para mí y para mi familia. Fue un deseo que pedí
de pequeña tras ver la película de Beethoven y, ¡con lo que odiaba mi madre a
los perros! Me compró a ese pequeñín que se apoderó de nuestras almas. Bastaron
un par de días para que mi madre descubriera que un perro no sólo hace sus
necesidades en casa cuando es un cachorro, o que no sólo te muerde los muebles…
sino que se convierte de buenas a primeras en un miembro más de la familia, el
más fiel. Se convierte en tu mejor amigo, en tu aliado, en tu hombro sobre el
que llorar. Se convierte en aquel que no te reprocha nada. En aquel que te oye
llorar desde lejos y viene corriendo a lamer esas lágrimas y a sentarse sobre
ti porque sabe que con ese pequeño gesto, te animarás.
Él
era la alegría de la casa. Siempre nos recibía como loco, subiéndose a la silla
del cuarto de mi madre como desde pequeño hacía, porque ella no se podía
agachar por problemas de espalda. ¡Y ahí nos montaba la fiesta a todos!
Mi
perro no te echaba cuenta si le enseñabas a sentarse o a dar la patita, pero
entendía que por donde pasara la fregona, ¡ahí no se pisaba!
Él
era como un ángel para mí en situaciones difíciles para cualquier niño. Lo quise
como a un hermano, lo adoraba. Era mi pequeño, mi gordito, mi muchas cosas. Y
ahora que no está, me doy cuenta de que nunca es suficiente para querer a tu
mascota. Que sus vidas son demasiado cortas y cualquier beso o cualquier abrazo
por dar no puede quedar pendiente.
Estés
donde estés, Toby, que sepas que te sigo pensando, que te sigo queriendo. Que
sigo escuchando el sonido de tus patitas corriendo por el pasillo. Que te sigo
viendo por las rejillas de la escalera cuando subo por ellas, y tras abrir la
puerta sigo viendo tu hocico ansioso por que abra la puerta y,que sigo mirando
al suelo para tener cuidado de no pisarte. Sigues aquí presente, para todos.
Porque fuiste y siempre serás la alegría de esta casa. Y siempre, tu hueco,
será irremplazable.
Ahora estudio auxiliar de veterinaria con la esperanza de poder ayudar a otros perritos a seguir adelante. Con toda mi ilusión, siempre pensando en ti. Tú me hiciste fuerte.
Gracias
por cada momento de esos preciosos 11 años ♥.
Raquel Jiménez Rodriguez
Precioso y emotivo...que grande eres..me has echo llorar...
ResponderEliminarPerdona por responderte tan tarde pero hemos tenido un poco de lío con el blog, en lo sucesivo las respuestas serán mucho más rápidas. La verdad que si es una historia muy bonita. No te animas tu a enviarnos una??
Eliminar