Hola me llamo Milo y mi mamá humana quiere que
contar mi historia.
Me encontré a Milo un 14 de Septiembre bajo un
contenedor. Él solo tenía 3 semanas de vida y estaba desnutrido. Al llevármelo
a casa y darle de comer, noté un gran ruido en su pecho. Tuve que llevarlo al
veterinario de inmediato y le diagnosticaron Herpesvirus. Milo tenía una gran
conjuntivitis y los pulmones llenos de mucosidad. La veterinaria que lo vió
creía que no sobreviviría, ya que pesaba menos de 150 gramos y sus pulmones a
penas funcionaban. Al paso de 15 días, con muchos cuidados, medicamentos cada
pocas horas, comida cada dos.. .pudimos salvarlo y Milo se recuperó.
Al cabo de unos días, me di cuenta de que no se
llegaba a curar totalmente, estando siempre con lagrimeo y constantes mocos,
pero a base de corticoides y antibióticos se fue llevando la situación.
A sus 6 meses, esterilicé a Milo. Todo fue bien,
pero al pasar una semana tuvo unos episodios que creímos que eran de
epilepsia. Lo llevé a la clínica donde
acudíamos, y lo medicaron con diazepam. Los episodios eran muy frecuentes, con
pupilas dilatadas, nerviosismo, babeo constante. Al ser insostenible la situación
lo llevé a vuestra clínica. Esa fue mi primera toma de contacto con el centro
veterinario Aljarafe Norte. Me atendió Carmen de urgencias, eran las 12 de la
noche, tras varias llamadas con anterioridad.
Esa noche Milo se quedó ingresado, a la espera de
hacerle pruebas para valorar su estado. Yo, tras 2 dias de episodios y tal como
me dijo mi veterinario anterior, creíamos que lo mas acertado quizás sería
dormirlo, ya que Milo no se mantenía despierto sin Diazepam, y sin darle
episodios.
Desde aquel día
pienso que llevarlo a la clínica fue mi mejor decisión. Ya lo teníamos
todo perdido y el diagnostico de Milo dio un vuelco.
A la mañana siguiente me llama Carmen comentándome
que el problema de Milo es que ha perdido la visión, y los nervios, el babeo es
producto del estrés que estaba sufriendo por esa situación. Tras esto nos vamos a casa con tratamiento de
antibióticos para intentar solventar el problema ocular. También le hicimos
test para saber si podría ser provocado por Herpesvirus o Calicivirus, los
cuales dieron negativo. Milo recupero la
visión.
Un año después, tras seguir con la misma situación
de mocos constantes, decido hacerle una rinoscopia, tal y como recomendó el
veterinario, y volvemos a ponernos en contacto con J. Ignacio.
Tras la prueba le diagnostican a Milo rinitis
crónica Linfoplasmoscitaria. Gracias al diagnostico Milo está medicado con antistaminicos
y lleva muy buena calidad de vida. Ahora
es un gato sano que pesa 7 kilos.
En Diciembre de 2012, me encontré una gatita y decidí
que era momento de que Milo tuviese una hermanita, para poder jugar y
entretenerse. Ahora Milo es muy feliz junto a su hermana Sassari, les gusta
estar juntos y corretear por la casa.
Tanto Milo como yo, os queremos dar las gracias
por la atención que siempre nos habéis dado, y sobre todo por ser la decisión
acertada que salvó la vida de Milo ante la desesperación que teníamos. Un
saludo a todos.
Sandra Dominguez García
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